jueves, 4 de octubre de 2007

Depresión Intelectual

JMA:
"Mamachakuy, are you there?.
Tú ausencia: una razón mas de mi estado maniaco depresivo.
Resultado: fallé en 1966, pero lo logre el 28 de noviembre de 1969.
¡¡¡No logró entender la política cultural!!! Nos vemos."
MADRE:
No te preocupes hijito,
Ccaya chayanqui llajtaman
(Mañana llegaras al pueblo)
Te espero... 28/ 10/1969.


Ya muchos conocen de su vida quisiera hacerle algunas preguntas puntuales ¿Que recuerda de su madre?
“Yo no me acuerdo de mi mamá. Es una de las causas de algunas de mis perturbaciones emocionales y psíquicas...”


¿Estuvo entonces con su padre?
"Sí, cuando anda con él me vieron (los indígenas) exactamente como si fuera uno de ellos, con la diferencia de que por ser blanco acaso necesitaba más consuelo que ellos... y me lo dieron a manos llenas”.

Tenía apenas ocho años y según sus mismas palabras fue la primera vez que pensó en la muerte: “Yo salí de la casa, atravesé un pequeño riachuelo, al otro lado había un excelente campo de maíz, me tiré boca abajo en el maizal y pedí a dios que me mandara la muerte”.

¿Se caso 2 veces cierto?
"Me casó en 1939 con Celia Bustamante y trabaje de profesor de español en secundaria en el pueblito de Sicuani. Allí viví con ella una temporada mis mejores años"


¿Como fueron esos mejores años de su vida?
“ … me trataron durante 14 años como a una pertenencia casi sin derecho a voz y a voto. Yo no podía invitar a un amigo mío ni a la casa ni a la Peña; las veces que lo hice me gané el enojo de ambas, porque Celia se enojaba si yo llegaba del colegio, en Sicuani, 15 minutos después de la hora en que salía de clases; cuando, la primera vez, porque bailé con una señora en una fiesta social Celia me miró con unos ojos duros e implacables, como si acabara yo de cometer alguna cosa horrenda. Me convertí en un hombre temeroso, casi en un niño asustado que lloraba de cualquier cosa. Le decía a Celia: “cuando me celas, cuando me miras con esos ojos extraños, injusta e increíblemente crueles, se hace el vacío bajo mis pies: me siento solo y desesperado”.

Jose María Arguedas

Entonces no fueron unos años maravillosos, los que pasó con Doña Celia, como ud. dice, ¿cierto?


“.. yo verdaderamente estuve muy cerca de lanzarme del balcón y de clavarme el cuchillo con que tuve que cortar las cintas de su monillo… Porque en esas horas en que me celaba tan injusta e implacablemente, me echaba a llorar, llamando a mi padre. Ella muchas veces se arrodilló para acariciarme, mientras lloraba, y me prometía no volver a darme tan injusto trato. “Debí ser tu hermana – me decía – y no tu mujer”. Pero al día siguiente la historia se repetía. Y venía siempre a acariciarme cuando me veía el rostro cubierto de lágrimas”.

¿Que mensaje dejaría al pueblo que lo vio nacer y morir?

“Al Dios que te hacía nacer y te mataba lo has matado ya, semejante mío, hombre de la tierra.¡Ya no morirás!”
Nota: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Es una suesta entrevista de mikado llota a Jose María Arguedas.

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